La enconada lucha del escritor por una sociedad más digna
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Al
finalizar la década de los años treinta Hammett es un escritor que lleva una
vida acomodada. Es un novelista consagrado que recibe espléndidos y generosos emolumentos por su
trabajo para los grandes estudios de Hollywood. Entre 1938 y 1941 promueve de
forma manifiesta una serie de causas que entran claramente en conflicto con los
intereses de determinadas esferas políticas y económicas. Es así como la MGM le
da la espalda al tiempo que se tropieza de frente con el FBI.
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Entre
otras tantas doctrinas Hammett apoya de forma notoria:
- El derecho de voto de los negros y otras minorías.
- La acción y la presencia social de los sindicatos en diversos estados norteamericanos.
- La iniciativa contra el despido de trabajadores estatales a causa de su orientación ideológica.
- Los programas de acogida de refugiados políticos.
- Diversas acciones políticas contra el nazismo y el fascismo.
- Las propuestas contra las actividades del “Dies Committee” (organización anticomunista vinculada originalmente al Ku Klux Klan).
- Las reivindicaciones frente a la intimidación policial contra los signatarios de las peticiones de candidaturas para el partido Comunista.
- Las peticiones de libertad para Luiz Carlos Prestes, activista político encarcelado en Brasil.
- Las protestas contra el trato recibido por los refugiados judíos en Gran Bretaña.
Fuente: "Interrogatorios. Dashiell Hammett. Ed. Errata Naturae
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Hammett comienza a ser hostigado por el FBI a mediados de los años 30. El compromiso sólido y constante con todos los conflictos propios de su época y el apoyo a las luchas políticas de Partido Comunista en Estados Unidos le sitúan en el punto de mira del FBI. El expediente Hammett del FBI contempla 278 páginas y se extiende temporalmente por un período de 25 años. Hammett se alista voluntariamente en el ejército en 1941, a sus 47 años de edad. En ese momento el FBI lo da por perdido simple y llanamente porque en la oficina de reclutamiento escriben su nombre con una sola “l”: Dashiel. Cuando es localizado cumple servicio en Fuerte Monmouth y desde allí se le traslada a Campo Shenango, en Pensilvania. Allí son recluidos los miembros del ejército norteamericano considerados como “potencialmente subversivos”. De allí logra salir para ser destinado a una isla a más de mil kilómetros de las costas de Alaska, donde las temperaturas en invierno se sitúan por debajo de los sesenta grados centígrados y la celeridad de los vientos muy por encima de los cien kilómetros por hora.
Al
finalizar la guerra Hammett vuelve a retomar sus costumbres habituales, la
bebida y el trabajo a favor de un sinnúmero de causas que el FBI considera
poderosamente anormales. Entretanto el sentimiento anticomunista se extiende
dentro de la filas del FBI y en toda aquella institución ligada, de alguna
forma, con el Estado. Corre entonces 1946 cuando el “Congreso por los Derechos
Civiles” decide crear un fondo destinado a costear el pago de fianzas para todo
aquél ciudadano condenado por motivos políticos. Hammett preside en ese momento
este organismo. En 1949 el fondo de dicha organización es utilizado para poner
en libertad a once miembros del Partido Comunista acusados de maquinaciones
contra el gobierno. Dos años más tarde cuatro de éstos once se declaran en
rebeldía y se niegan a cumplir las
condenas de cárcel impuestas por los jueces. El 9 de julio de 1951, a las 14,30
horas, Hammett es requerido ante el juez Sylvester Syan del Tribunal del
Segundo Distrito de Nueva York, en su calidad de fiduciario del fondo de fianza
del Congreso por los Derechos Civiles. Durante el juicio, Hammett se acoge una
y otra vez a la Quinta Enmienda a la Constitución para negarse a dar
información sobre el fondo y sus donantes. A la salida del juzgado es conducido
directamente al Penal Federal de West Street en Nueva York. Con cincuenta y
siete años de edad y, tras seis meses en prisión, Hammett es un hombre cuya
salud empieza a dar síntomas de precariedad.
Sin
embargo, sus penurias no han acabado con estos acontecimientos. En 1953, en un
clima de sospecha generalizada provocado por el inicio de la Guerra Fría y la “caza
de brujas” es reclamado por Joseph McCarthy, un experto cazador de “rojos”,
para un nuevo interrogatorio. Durante la sesión Hammett es acosado con
redundancia por una comisión preocupada
por el despilfarro de fondos estatales en la compra de libros, muchos de ellos
escritos por comunistas, y destinados a las bibliotecas públicas. El testimonio
de Hammett se mantiene contundente en sus ideas. El resultado de esta comparecencia
culmina en que todos sus libros son retirados de las bibliotecas del
Departamento de Estado.
En
aquellos momentos sobre la persona de Dashiell Hammett se amontonan tanto
problemas judiciales y de salud como económicos. Sus años de activista político
han hecho disminuir sus ganancias hasta el punto de hacerlas desaparecer
totalmente. Sus quehaceres para el cine han cesado años atrás, sus libros no se
publican, su deuda con la hacienda norteamericana va en aumento. Todo este
cúmulo de contrariedades le obliga a declararse insolvente durante los últimos
años de su vida. Sus últimos días transcurren en un moderado encierro hasta que
fallece de cácer, en la habitación 823 del Hospital Lenox Hill, el 10 de enero
de 1961.
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