---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LAS DOS AMELIAS José Luis Correa ALBA EDITORIAL |
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Amelia
Hermoso no era una joven cualquiera. Amelia Hermoso era «influencer», una
estrella de Instagram, alguien que se ha dejado notar en las redes sociales. Una persona con
más de medio millón de seguidores, medio millón de desconocidos. Hermoso estuvo
firmando ejemplares de su libro la tarde anterior en San Telmo. Sí, porque
Amelia Hermoso había escrito un libro. ¿Por qué somos infelices pudiendo ser
otra cosa? Toda un compendio de lo que fue su vida. Quien a última hora de la
noche la vio subir a su habitación en compañía de un músico callejero no pudo
nunca llegar a imaginar lo efímero que es el éxito...
Amelia
Moreno llevaba dos años trabajando de camarera de piso cuando una mañana de
finales de abril se dio de bruces con el cadáver de la Hermoso en la 104 del
hotel Parque. Desnuda, tumbada a lo largo de la cama y con los brazos abiertos, Amelia Hermoso
parecía dormir plácidamente. Y la realidad es que lo hacía, solo que esta vez el
sueño era demasiado profundo y no estaba en su pensamiento despertar jamás.
La
influencer filósofa había recalado en la isla hacía una semana con el fin de
promocionar su tratado de la infelicidad en la Feria del Libro de Las Palmas.
Pero más tardó en llegar que lo que empleó en desaparecer.
La noticia
de la muerte de Amelia Hermoso saltó a la luz como un zarpazo. En una hora se
hizo viral. Y en una hora Amelia Moreno fue transportada a los infiernos. En
una hora vio como su vida se venía abajo. Las redes comenzaron a arder. La
Moreno fue despellejada viva por los
seguidores de la Hermoso. Los insultos y las amenazas virtuales proliferaron
como moscas. Más de uno la culpó del asesinato. «El mundo entero la odiaba y la lluvia de insultos no escamparía con una
sonrisa y una palmada en la espalda» Y todo motivado por la envidia, el pecado
más miserable.
Y es ahí cuando
la familia Moreno le propone a Blanco investigar el crimen de la influencer... ¡Bonito
marrón! Qué sabrá él de redes sociales, de seguidores, fans, me gustas y otras
zarandajas. Pero así son los gajes del oficio.
José Luis
Correa aprovecha esta undécima entrega de Blanco para hablarnos de soledad. De
la conexión causal entre las redes sociales y la soledad. Unas redes sociales muy
cercanas al mundo de la inmediatez, al universo de las apariencias, a todo
aquello que prima por encima del esfuerzo y de la calidad. A los éxitos
momentáneos, las carreras meteóricas, los amigos virtuales a los que nunca se
ha tenido la suerte de conocer, a los embaucadores likes, en definitiva a todo un
comistrajo moderno que no garantiza la buena digestión de nuestras relaciones
sociales, sino que apunta exactamente a todo lo contrario.
No deja de sorprenderme la
maestría de este escritor para transmitir tanto en tan pocas páginas y sobre todo
para lograr plasmar con tanto detalle los sentimientos. «Cené en la mesa de la
cocina con los dos libros a mi alcance, Thelonious Monk en el salón y mi
reflejo en el microondas. El reflejo de un viejo dinosaurio con ojeras, sin
afeitar y en puro desconcierto. Hasta la cena era de otro tiempo, ¿quién cena
ya viandas con Tolstói frente a un microondas? Al fondo de la copa había un
cadáver que me miraba cada vez que bebía. El cadáver de una chiquilla de
veinticuatro años, con el cuello tronchado, en la cama de un cuarto de hotel.» La
violencia, la ternura, el verbo avispado, todo está presente aquí. Y es que las
novelas de Correa tienen carácter, son propias de un novelista que goza de un
gran dominio de los recursos narrativos. Su lenguaje poético e inmediato a la
emoción, su prosa viva y vigorosa, sus personajes solitarios y complicados, el
tema recurrente de la muerte y sobre todo el humor, esa manera socarrona y
mordaz de mirar el mundo tan propia de la literatura hecha aquí, en Canarias.
Todo un lujo.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario