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NUNCA MIRES ATRÁS Claudio Cerdán MENOSCUARTO EDICIONES |
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Es esta una novela sin grandes pretensiones
que no por ello deja de ser entretenida, algo muy adecuado para pasar un buen
rato. Y digo un «buen rato» porque la fábula
está bien escrita, es animada Y encima permite avanzar algo en el conocimiento
del singular personaje en que ha llegado a convertirse Sonia Ruíz, esa adorable
treintañera con querencia a los líos que de un tiempo a esta parte se nos ha
hecho tan familiar. Para aquellos que se animen a adentrarse en este singular
proceso creativo les advierto que le esperan unos pasajes tan realistas, tan
cotidianos que basta solo con acercarse a las páginas del periódico para contemplar
como la realidad supera muchas de las
veces a la ficción. Una novela interesante, sí. Y toda ella salpimentada con un
tufillo a pulp (no sé si por la formidable portada de Miguel Navia) y con unas
elevadas dosis de acción y misterio que no dejan de agradecerse.
Sonia Ruíz acaba de pasar la peor noche de su
vida y amanece sin bragas y con una enorme laguna mental. Al tiempo que la
rescata de un pringoso y maloliente contenedor de basura, una especie de ataúd
de desperdicios en el que dormita semidesnuda, Mila se presenta como una
antigua compañera de instituto y la requiere para que localice a su marido en
fuga que la ha dejado con una casa hipotecada y un montón de deudas. Sonia
bucea en sus recuerdos y no contempla a Mila en absoluto. De compañera de
instituto, nada. Pero ella no es de esas que rechazan un trabajo así como así y
de inmediato pone manos a la obra. El marido de Mila es un tal David Martínez
García, un personaje muy cercano a las peñas futboleras ultras que pululan alrededor
del nombre del Real Madrid. Las pesquisas llevan a la Ruíz a tratar con grupos
neonazis y con la mafia rusa y el caso, no es para menos con semejante gentuza,
adquiere tintes sangrientos.
“Me tomo cada novela como un nuevo reto.
Considero que explorar nuevos horizontes y salir de tu zona de confort es algo
que te hace evolucionar como escritor. Quizá
por eso me propusieron participar en la colección SeisDoble de la
editorial Menoscuarto sabiendo que aceptaría sin pensarlo. Para quien no
conozca esta colección, se trata de una serie de novelas que cuentan casos de
la detective Sonia Ruíz. Lo curioso del tema es que cada libro lo realiza un
escritor distinto que no solo debe respetar lo que hicieron los anteriores,
sino aportar más matices al mundo de la protagonista.” Así, con estas palabras,
se incorpora Claudio Cerdán, el joven escritor yeclano, al proyecto de
Menoscuarto. Y lo hace no sin reservas: “Pensaba, lo diré claro, que iba a
meter la pata hasta el fondo. Así que con Sonia Ruíz me tiré de cabeza a la
piscina.” Y es que no debe de ser una labor fácil hacerse cargo de la herencia
emprendida por plumas de tanto renombre como Lorenzo Silva y Andreu Martín.
Hay que reconocerle el valor a ciertas
editoriales que se lo curran bien y que no paran en mientes a la hora de ofrecerle
al lector propuestas que optan por romper con lo de todos los días y que se
adentran en el terreno de lo arriesgado para crear proyectos que se hacen
difíciles de rechazar por su originalidad y por la curiosidad que despiertan.
Dar vida a un personaje femenino y dejarlo en manos de diversos autores, cada
uno con sus chifladuras y sus rarezas, sin que por ello degenere en una
piltrafa, es un reto creativo de cierta envergadura. Un personaje femenino que
bien puede corresponder con el de la madrileña Sonia Ruíz, una treintañera algo
alocada, que vio la luz en “Nada sucio” y no tardó en tomar conciencia de que
se encontraba sola, abandonada por su marido, y con un cargamento enorme de
recibos por pagar. Y como remedio más inmediato decidió dedicarse a las labores
detectivescas sin otro adiestramiento que dos meses al servicio de un detective
forjado a la antigua usanza. ¿Y qué quieren que les diga? Que desde entonces la
pobre mujer no ha dejado de meterse en líos llevada de la mano por los mejores
autores de novela negra de este país. Y han sido ya unos cuantos los «fregaos»
en los que estos señores se han empeñado en involucrar a la pobre chica a
expensas de una salud cada vez más quebradiza. No podía faltar aquí Claudio
Cerdán, claro, un escritor cáustico y punzante y ¡cómo no! encantado de joder a
sus personajes. Y vaya si jode a la pobre muchacha, porque eso de hacerla pasar
una noche en un contenedor, ligerita de ropa y expuesta a todo tipo de miradas
indiscretas, no es algo que esté al alcance de cualquiera.
Claudio Cerdán no es nuevo en esto. Irrumpió
en la escena del negro con “El país de los ciegos” en 2011 y con ella se alzó
con el Novelpol al año siguiente. Desde entonces ha seguido dando guerra. Es un
escritor que está acostumbrado a los personajes oscuros, algo que se ha hecho
muy familiar en sus libros. Sus novelas están pobladas de delincuentes
peligrosos, de criminales recién salidos de la cárcel, de policías corruptos y
perdedores que ignoran qué sentido dar a sus vidas.
Nos damos de frente aquí con un caso de
violación en grupo, una noticia de relleno en los telediarios de un día
cualquiera, pero un tema muy en boga en estos momentos en España tras el fallo
judicial de La Manada, un fallo que ha provocado movilizaciones multitudinarias
y ha llevado a la unanimidad de los partidos políticos en torno a la improcedencia
de la sentencia. Gallego, Jorge Pérez y El Charly son aquí La Manada, tres
personajes cercanos a la ultraderecha que una noche sin luna tropiezan con una
chica perdida y tras veinte minutos de abusos deshonestos le destrozan la vida.
Para ellos es algo normal. Una forma más de divertirse. Para Mila significa
adentrase en los tortuosos caminos de la venganza. Decía John Stuart Mill, el
último de los grandes economistas clásicos, en su tratado «Sobre la libertad»
que esta consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio a los
demás. ¿Tiene justificación un acto de venganza en una coyuntura como esta? Lo
único cierto es que en situaciones extremas la gente suele tomar decisiones
erróneas.
Es esta una historia que desgraciadamente
está de moda. Aquellos que no sean propensos a impresionarse con facilidad
tienen aquí la oportunidad de adentrase en una historia detectivesca con
grandes dosis de acción y misterio. Una historia, que por la actualidad de su
temática, les hará reflexionar. Así pues, a disfrutar.
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