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EL EMBROLLO (The Riff-Off) Jim Thompson TRADUCCIÓN: María Antonia F. Álvarez-Nava EDICIONES JÚCAR |
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La estructura de «El embrollo» se inicia en
un motel de mala muerte donde Britt Rainstar, el último miembro superviviente
de una familia ilustre, es inmovilizado por un enorme pastor alemán de dientes
inconmensurables, ojos imperturbables e imponente hocico. A continuación,
la novela se mueve hacia atrás en el tiempo para revelar cómo Britt conoció y
se involucró con Manuela Aloe, la sobrina loca y sexualmente voraz de Patrick
Xavier Aloe, cabeza visible de una extraña corporación conocida como PXA. De
hecho, la primera reunión de Rainstar con Manuela en un restaurante ya pone de
manifiesto el cruel poderío de PXA, y es una muestra de lo que le puede suceder
de caer en desgracia con los Aloe. A lo largo del tiempo Manuela hará provisión
de sus cualidades soterradas de astucia y poder para causarle muchos disgustos
y lo mantendrá en un estado continuo de alerta, hasta el punto de llegar a
cuestionarse cómo murió el marido de ella. Después de ponernos al día en la
trama, Thompson nos devuelve al presente, donde avanzamos a salto de mata a
través de los numerosos y extraños encuentros de Britt con la muerte.
Fuertemente endeudado y con la fortuna
familiar dilapidada, Britt, lleva una existencia monótona, conviviendo con un
ama de casa borracha en su destartalada mansión familiar. Britt está
casado con una mujer desagradable, llamada Connie, a quien conoció brevemente
antes de contraer matrimonio como hija del propietario de una Agencia
Inmobiliaria de un hogareño pueblo anidado entre redondeadas y verdes colinas. Una
breve y desgraciada vida conyugal terminó con Connie paralizada gracias a la
temeraria conducción de Britt. Ahora están separados de hecho y Connie se
niega a concederle el divorcio. Britt es acosado por su esposa quien le reclama
una pensión y, puesto que él no tiene donde caerse muerto, las amenazas y
fricciones son constínuas. Así que cuando Manuela oferta a Britt un
trabajo absurdamente bien pagado de 35.000 dólares al año escribiendo panfletos
ecológicos, él piensa que todos sus problemas están resueltos. Después de
sus encuentros sexuales, Manuela le otorga con frecuencia bonificaciones de 2.000
dólares, hecho que parece más bien un pago por sus momentos de sexo que por los
folletos ecológicos que escribe Britt. Éste no tarda en captar el mensaje
de que está siendo postulado como marido de Manuela; pero hay un problema: él
ya está casado....
Aquí, en «El embrollo», hay tres mujeres que
no quieren darle la espalda a Britt, eso sí, cada una por un motivo diferente: la
caliente y a la vez paranoica Manuela –familiarmente «Manny»-; la pelirroja enfermera
Kay; y su esquizoide esposa Connie, quien es descrita con todo el mal gusto del
mundo por el propio Britt:
« ¿Quién soy yo
para burlarme de la pobre Connie y su hiperdilatado aparato?, ¿o burlarme de
alguien por esa razón? Una de las jugarretas más tristes que suele gastar el
destino es dotar a los menos apetecibles sexualmente con el más voraz de los
apetitos sexuales. Expiar tal chanza, considero es la obligación de los que
están mejor dotados. Y por mantener dicha obligación he tenido apareamientos
más tristes que Connie. He recibido escasa gratitud por mis esfuerzos. Es más,
invariablemente termino con un polvo peor que el que yo echo. Porque también es
una broma del destino atribuir complejos de superioridad a las chicas con peor
carrocería fornicadora. Y éstas parecen sentirse justificadas en darte
figuradamente algo tan malo como lo que te dan literalmente.»
La trama se vuelve difusa cuando se hace
patente que están tratando de acabar con la vida de Britt Rainstar, y el policía
Jeff Clagget –jefe de seguridad del Campus Universitario en los tiempos en que
el padre de Britt «exprimía» las botellas en la Universidad- trata de descubrir
quién está detrás de todos los atentados contra su vida. Probablemente lo
mejor sería recluir a Britt en cualquier monasterio perdido, allí donde no esté
al alcance de cualquiera de «sus mujeres», ya que no puede vivir sin ellas. Es
un hombre débil y ante cualquier circunstancia toma el camino más fácil, por lo
que siempre termina en la cama con alguna de ellas. Como no podía ser
menos, también es víctima pasiva de su ama de casa, quien emplea el dinero de
la compra en mantener bien surtida su
provisión de botellas de whisky Jack Daniel´s.
Thompson sólo se molestó en completar una de
todas sus muestras tardías, precisamente ésta –«El embrollo»-, sin embargo ni
su atrayente título, «The Rip-Off», bastó para aportarle algo de credibilidad a
una inarmónica trama de estafas de seguros. Aquí todo el mundo parece empeñado en matar al protagonista,
Britton Rainstar: su esposa tullida, su frívola novia, su desconcertante
enfermera y la siniestra corporación PXA. El empleo de Reinstar como redactor
de informes para la fundación Hemisphere, su ruinosa mansión en un vertedero
municipal o la certeza de que entre sus antepasados se encuentra un jefe indio
cuyo retrato, pintado por Remington, cuelga en el Metropolitam son, quizás, los
únicos fundamentos prometedores de esta
obra. Rainstar se deja arrastrar durante toda la novela por un plañido
desesperado y quejumbroso: «No sé lo que les ocurre a ustedes en tales
circunstancias, pero a mí me invade la culpabilidad. La simple necesidad de
tener que explicar que esto y lo otro es un error, endurece mi sonrisa en
exceso y me hace sudar profundamente, y mi voz se vuelve trémula y temblona. De
modo que, no sólo me siento culpable hasta la saciedad, sino que además lo parezco.»
Si de algo presumen las novelas de Thompson es
de ser oscuras y violentas, sin embargo «El embrollo» no es más de un jugueteo con
la crudeza sexual. Es posible que llegue un momento en la vida de todo gran
escritor que no atesore otra motivación más que deslumbrar y alardear con la
palabra. El Thompson de los «grandes psicópatas», aquél que conocimos en «El
asesino dentro de mí», penetraba en la mente de sus personajes y exploraba y
exponía sus patologías, sin embargo, treinta y siete años más tarde, el mismo
autor es incapaz de alcanzar ese nivel de sabiduría psicológica en «El
embrollo». Aquí los personajes son bidimensionales. La figura de Britt Rainstar
no puede catalogarse de medianamente interesante. La novela es también más
«cruda», - no alcanza un nivel adecuado de madurez-, en forma y contenido que
otros libros de Thompson. Éste se siente aquí mucho más «moderno» y
atrevido con el lenguaje chabacano; así pone en boca de Connie las palabras: «¡Ya
lo verás! ¡Ya verás si hablo en serio o no! ¡Di una palabra más sobre el
divorcio y... y... “te enterarás de quién es un montón de mierda”». Britt
insinúa que su padre fue arruinado por su postura en contra del Comité de
Actividades Antiamericanas, aspecto éste de la historia que se remonta varias
décadas atrás, con el resultado de producir una especie de disonancia inquieta en
la novela. Thompson escribió «El embrollo» cuando su carrera estaba
en declive. Por ese entonces sufría de alcoholismo y cataratas y estaba
sumido en dificultades financieras. En el momento de su muerte, todas sus
novelas estaban descatalogadas en Estados Unidos.
«El embrollo» se publicaría de manera póstuma y muy retocada en la «Black Masterly». Cuando
Thompson le envió el manuscrito a su editor en junio de 1974, añadió un triste
y mordaz chiste acerca de su enfermedad de cataratas: «Creo que me hubiera
quedado mejor si hubiera visto lo que estaba haciendo.»
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