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HIJOS DE LA STASI (Stasi Child) David Young TRADUCCIÓN: Carlos Jiménez Arribas HARPERCOLLINS IBÉRICA, S. A. |
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La vida a
la sombra del Muro de Berlín ha sido terreno fértil para escritores como Len
Deighton, Joohn Le Carré e Ian MaEwans. Esta novela de David Young, «Hijos de
la Stasi», nos acerca de nuevo a la
antigua República Democrática Alemana, a la Destsche Demokratische Republick,
la DDR como llegamos a conocerla, y más concretamente al corazón brutal de su
infame aparato policial, a la Volkspolizei o Policía del Pueblo, a la VOPO, y
en concreto a la Kriminalpolizei o KRIPO, su Brigada de Policía Criminal. Hoy
evocar a la DDR es pensar en la Stasi, el Ministerio para la Seguridad del Estado y su red de informadores
oficiosos, la singularidad de sus métodos y el ingente número de personas que
tenía a su cargo. Entrenamiento y alojamiento de terroristas internacionales,
asesinatos, secuestros, chantajes, coerción, fraude electoral y muchos más
crímenes y abusos flagrantes de los derechos civiles y humanos, eso fue la
Stasi. En este contexto, Young nos presenta una nueva y sorprendente
protagonista, la Oberleunant, o lo que es lo mismo la inspectora, Karin Müller,
una mujer cuya vida familiar viene acompañada de alguna que otra sorpresa.
Una de las decisiones que Young tomó a la hora de escribir «Hijos de la Stasi» fue darle el protagonismo a una mujer teniente en una época en la que la gran mayoría de las mujeres de los países soviéticos trabajaban, al contrario de lo que ocurría en el bloque occidental. Apostilla Young que «aunque las novelas ambientadas en la Guerra Fría suelen estar dirigidas a hombres, las mujeres leen más novela negra y es por eso que decidí que mi protagonista fuese una mujer».
Una de las decisiones que Young tomó a la hora de escribir «Hijos de la Stasi» fue darle el protagonismo a una mujer teniente en una época en la que la gran mayoría de las mujeres de los países soviéticos trabajaban, al contrario de lo que ocurría en el bloque occidental. Apostilla Young que «aunque las novelas ambientadas en la Guerra Fría suelen estar dirigidas a hombres, las mujeres leen más novela negra y es por eso que decidí que mi protagonista fuese una mujer».
La
Oberleunant Karin Müller es la mujer de mayor rango en la KRIPO, cuyos poderes
están de hecho limitados por la poderosa Stasi, el Ministerio para la Seguridad
del Estado. Ella está orgullosa del esfuerzo de su gobierno por crear una
sociedad más justa. Su ascenso es una prueba positiva de que todo funciona
correctamente y para demostrarlo se le encarga un caso políticamente delicado. En
el Berlín Oriental de 1975 Müller es requerida a investigar la muerte de una
adolescente acribillada a balazos al pie del Muro. Todo hace pensar que la
chica huía, pero lo curioso es que la escapada se producía hacia la parte
occidental... La Stasi solicita a Müller que descubra la identidad de la chica
al tiempo que le asegura que el caso está cerrado y le anima a que se abstenga
de hacer más preguntas. En la antigua República Democrática Alemana las mentes
curiosas no estaban bien vistas.
Si bien su vida
profesional, la vida profesional de Karin Müller, va viento en popa, su
matrimonio hace agua por todas partes. Su esposo, Gottfried, es un maestro de
escuela recientemente reprendido por el Estado y enviado a trabajar a un
reformatorio en la costa del Báltico, todo ello en un esfuerzo por realinearlo
con los valores comunistas. Gottfried devora las noticias occidentales y
frecuenta una iglesia regida por un pastor sometido a vigilancia, conductas
estas poco recomendables en una sociedad regida por un sistema que se alimenta
del miedo y la paranoia.
Abrir con
un asesinato puede ser el tropo más acostumbrado de la moderna novela de
detectives, pero en medio de las tormentas de nieve que presiden la narración
de Young no hay nada más reconfortante que la calidez de la familiaridad. Young
incorpora una subtrama, aparentemente no relacionada con la historial principal,
que recrea las condiciones restrictivas y duras experimentadas por un grupo de jóvenes
en el Jugendwerkhof de Prora Ost en la isla de Rügen, una especie de reformatorio
juvenil, un hogar para seres desarraigados destinados a ser adoctrinados en los
procedimientos del Estado. Mientras ambas narraciones fluyen hacia un desenlace
común, la profundidad de la corrupción y la conspiración existentes en una
sociedad tan cerrada como la Alemania oriental de la posguerra se vuelven demasiado
patentes.
Llega a comentar
Young que el Jugendwerkhof de «Hijos de la Stasi» es ficticio pero menciona el
de la ciudad de Torgau como inspiración, un reformatorio este de Torgau
tristemente conocido por los abusos sexuales y el maltrato a que se veían
sometidos los niños allí recluidos. «A
menudo los niños se encontraban allí no porque hubieran hecho algo malo,
sino porque quizás sus familias sí lo habían hecho», puntualiza el escritor al
tiempo que añade que «una gran cantidad de jóvenes y niños fueron presionados
para ser informantes no oficiales de la Stasi en esos centros.»
Se cree que
cuando cayó el Muro en 1989 alrededor del 6% de los 173.000 colaboradores
extraoficiales de la Stasi eran menores de 18 años. La incorporación de menores
al organigrama estatal comenzó en la
década de los 70 y fue en aumento en los 80. «Lo interesante es que las
personas sospechosas de ser informantes a menudo no lo eran, mientras que los
amigos y amantes de quienes no se sospechaba a menudo lo eran», argumenta
Young.
«Hijos de la Stasi» está avallada por el CWA Historical
Dagger Award del 2016, el más importante galardón destinado a la novela
policíaca e histórica en el ámbito anglosajón. Su éxito creciente ha provocado
que el argumento se extienda a una serie de cinco libros (en un principio el
contrato que firmó Young recogía una trilogía), ambientados todos ellos en la
Guerra Fría, y que tienen como referente «El niño 44» de Tom Rob Smith, una
novela ambientada en la Rusia estalinista, y el film «La vida de los otros» de
Florian Henckel Von Donnersmarck. Una fórmula esta de «neo noir» emergente encuadrado
en los regímenes comunistas que toma el relevo de los relatos inspirados en la Segunda Guerra
Mundial. Quizás lo más logrado de esta ficción distópica sea la recreación del
ambiente histórico de la Alemania de Erich Honecker, la pobreza masiva, la
desconfianza pública, la miseria, el sufrimiento y la opresión así como la aproximación
al desenfreno del espionaje y la continua violación de los derechos humanos e
intelectuales de los individuos, algo que presuntamente llevó al autor a
hacerse con la Historical Dagger. Un debut prometedor, desde luego, que
esperemos tenga continuidad en próximas entregas.
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