UNA INVESTIGACIÓN FILOSÓFICA (A Philosophical Investigation) Philip Kerr TRADUCCIÓN: Mauricio Bach EDITORIAL ANAGRAMA, S. A., 2015 |
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Londres,
año 2013. El gobierno del Reino Unido ha puesto en marcha en fase experimental
el Programa Lombroso que mantiene una base de datos de todos los ciudadanos
potencialmente predispuestos a cometer crímenes violentos. Los asesinatos en
serie se han convertido en un hecho aterradoramente común en Gran Bretaña. No
en vano un psicópata está dejando un macabro rastro de sangre por toda la
ciudad. Lombroso es una máquina basada en el viejo tomógrafo de emisión de
protones cualificado para determinar qué individuos del sexo masculino poseen
un cerebro capaz de concentrar potenciales reacciones de agresividad, con el
objeto de ofrecer terapia y asesoramiento psicológico a todos ellos. La
inspectora jefe Isadora «Jake» Jakowicz -licenciada en psicología por la
Universidad de Londres-, encargada del caso, descubre que el asesino responde
al nombre en clave de Wittgenstein y sus nueve víctimas, por orden cronológico,
a los de Darwin, Byron, Kant, santo Tomás de Aquino, Spinoza, Keats, Locke,
Dickens y por último, aunque con parejos méritos, Bertrand Russell. Son éstos,
nombres en clave utilizados para preservar la identidad de las personas
fichadas en el programa. Pero a Wittgenstein no le convencen todas las
garantías de confidencialidad que ofrece el programa y no tarda en percatarse
de que si alguien es capaz de penetrar en la base de datos del Lombroso y robar
información confidencial referente a su persona, él puede hacer otro tanto. Así
logra infiltrarse en el sistema informático del programa y acceder a las
verdaderas identidades de las personas
fichadas y en nombre del bien común pasaportar a todas y cada una de
ellas a mejor vida. A la vez convierte sus asesinatos en proposiciones filosóficas y provoca a la policía mediante
una parodia de «El asesinato considerado como una de las bellas artes» de
Thomas Quincey y obliga a la inspectora Jakowicz a seguir sus reglas de juego,
a cuestionarse su idea del bien y el mal y a admitir que la personalidad de un
psicópata tiene rasgos fascinantes.
En
una narración en tercera persona Kerr concilia la acción con mensajes personales
del asesino, misivas que se interpolan entre manifestaciones y pensamientos
filosóficos, principalmente centrados en Wittgenstein y otros filósofos de la
talla de T.S. Eliot y Bertrand Russell. No obstante uno no deja de sorprenderse
ante la curiosa interpretación que «Wittgenstein» ofrece del asesinato: «La
afirmación de uno mismo mediante la negación del otro. La creación de uno mismo
mediante la aniquilación. Y cuanto más peligrosos son para la sociedad esos
otros que deben ser destruidos, mayor es esta creación de uno mismo, ya que en
este caso el asesinato obedece a un fin bien preciso». El personaje parece unas
veces un visionario, otras un brillante erudito y, la mayoría de las veces, un presuntuoso
sin remedio.
La opinión de Kerr
respecto a los principios de su libro se resumen en estas palabras: «Una
investigación filosófica» es la mejor novela negra que he escrito y se sitúa
probablemente muy por delante de su tiempo. Pero es difícil ver que ésto tenga
algo que ver con lo que hago ahora. Como alguien que ha estudiado la filosofía
en un postgrado, quería hacer frente a la novela negra desde un punto de vista
filosófico. Deseaba entender la obsesión del lector por la escritura criminal y
el asesinato. Supongo que quería rendir homenaje a George Orwell...
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