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Lemaitre (París, 1951) no comenzó
a escribir hasta los 56 años –"Era muy joven", bromea cuando se lo recuerdan- y
con 63 y un puñado de novelas negras a sus espaldas su vida dio un cambio. En noviembre
de 2013, con el relato “Au revoir là-haut” (Nos vemos allá arriba), obtuvo el
reconocimiento mundial con la obtención del premio más prestigioso de las
letras francesas, el Goncourt. Este premio, según sus propias palabras, no es
un galardón literario cualquiera, “Es un símbolo, un emblema. Es un sunami”.
Sin embargo no todo fueron
parabienes para Lemaitre. Con un puñado de novelas negras a sus espaldas en el
momento de obtener el premio, su fortuna le llevó a ser considerado como un traidor por
los autores del género. “El día que me dieron el Goncourt le dije a un
periodista: «Soy un autor de novela policial». Y me dije a mi mismo: habrá
compañeros que me comentarán algo. Nada, de nada, de nada. Quince meses
después, nada. Creo que puedo entenderlo. Es el efecto gueto: cuando formas
parte de un género al que le dicen que no puede tener buenos escritores, y uno
de ellos se sale y es reconocido, piensas que ha traicionado al grupo, que
incluso ha utilizado a la familia para ganar galones y luego la ha abandonado
porque cree que vale más que el resto".
Pierre Lemaitre nació en París
el 19 de abril de 1951 y pasó su juventud entre Aubervilliers y Drancy, en casa
de familiares. Estudió psicología e hizo gran parte de su carrera en la
formación profesional de adultos, enseñando comunicación y cultura general, y
literatura destinada a bibliotecarios. Lemaitre se hizo popular entre los
aficionados del género negro gracias a la trilogía de Camille Verhoeven. “Travail
soigné” (2006) -publicada en español con el título de “Irene”- marca el
comienzo de su serie policial que tiene como protagonista a Verhoeven, comandante de la Brigada Criminal
de París. Verhoeven ha nacido hipotrófico y su estatura no llega al metro y
medio –sólo mide 1,45, para ser exactos-. Intentó dedicarse a la pintura, luego
estudió Derecho y finalmente entró en la policía nacional. Es soltero, discreto
y altamente meticuloso; es todo cólera y sentimientos encontrados y comparte
con el escritor una contemplación atroz de la vida. “A mi personaje me unen el
dolor y una visión tremenda de la vida”.
Tres año más tarde, en 2009, Lemaitre
publica su segunda novela, “Robe de marié” (Vestido de novia). En ella cuenta
la historia de Sophie, una treintañera demente, que se convierte en una
criminal en serie que no recuerda nunca a sus víctimas.
Lemaitre aborda la intriga
social con “Cadres noires”, en 2010, novela que pone en escena a un ejecutivo
en paro que acepta participar en un juego de rol en forma de toma de rehenes. En
su cuarta novela, “Alex”, -segunda de la serie Verhoeven- la heroína es a la
vez víctima y asesino, dándole la vuelta a la relación del lector con el
personaje. “Les grands moyens” es una novela digital por entregas, que sigue la
estela del policía Camille Verhoeven, protagonista de una serie que se inició
con la citada “Irene”, siguió con “Alex” y parecía haber terminado con “Sacrifices”,
en 2012. Pero posteriormente, Lemaitre publicó Rosy & John (adaptación al
papel de “Les grands moyens”), añadiendo un cuarto volumen a la trilogía.
Antes de alzarse con el
Goncourt, Lemaitre había ganado ya varios premios con sus novelas policíacas.
Cuando concibió “Vestido de novia”, un thriller escalofriante, su deseo era escribir “una novela de la que Alfred
Hitchcock hubiese podido decir: «Tengo que hacer esta película».” Para el
escritor la literatura de género negro tiene un problema y es que “La
estructura del policial tiene que ser compleja y eso hace que los escritores
gasten una energía tremenda en que la historia encaje y no en los personajes.
Se fijan más en lo que se dice que en cómo se dice.”
“Au revoir là-haut” (Nos vemos
allá arriba), 2013, marca un cambio importante en su obra. Abandonando el
género policíaco, Lemaitre permanece fiel al espíritu de sus primeras novelas,
con una historia estremecedora ambientada en los años posteriores a la Primera
Guerra Mundial. El jurado del Goncourt calificó el libro de “popular”, adjetivo
con el que Lemaitre está de acuerdo, aunque no deja de reconocer que, en
Francia, “el término popular siempre tiene la connotación de populista”. Es
decir, los lectores pueden ver la obra como demagógica, extremadamente simple.
Sin embargo, en su opinión, la literatura popular “puede gustar a todo el
mundo, pero no por las mismas razones. Creo que en «Nos vemos allá arriba» un
adolescente puede leer la novela en busca de la aventura; un segundo círculo de
lectores puede interesarse por el fondo social y político, y un tercero podría
darse cuenta de que el capítulo diez empieza con una parodia de Marcel
Proust".
En Francia, se han vendido más
de medio millón de ejemplares de esta novela que se ha traducido ya a diez
lenguas y está en proceso de aparecer en otros dieciocho idiomas. Hay, además,
una adaptación cinematográfica en marcha con un guion en el que participará el
propio Lemaitre.
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