HIPOTERMIA (Hardskafi) Arnaldur Indridason TRADUCCIÓN: Enrique Bernárdez RBA, Febrero 2015 |
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En
Islandia, los casos fríos son, de hecho, muy fríos. Y para ello –o vaya usted a
saber si por ello- los detectives nórdicos tienen un aire alicaído. Pero hasta
para Erlendur Sveinsson, detective de alto nivel adjunto a la comisaría de Reykjavik,
cuyo carácter es, por naturaleza, estático, solitario y silencioso, la vida está
empezando a aclararse. Su dieta alimenticia a base de rebanadas de pan con
mantequilla y cecina ha sido reemplazada por un sabroso cordero ahumado; sus
hijos siguen siendo adictos a las drogas, pero su hijo, por su lado, acude
regularmente a reuniones de Alcohólicos Anónimos y su hija ha empezado a
desintoxicarse por sus propios medios. Sin embargo un suicidio desconcertante
en un hermoso entorno lacustre le devuelve profundamente a la realidad, y le
hace retomar la pérdida, ocurrida en su infancia, de su hermano menor arrastrado
por una tormenta de nieve.
«Hipotermia»
es una historia descarozada hasta los huesos. Una joven mujer, María, se
suicida en su casa de vacaciones a orillas del lago Thingvellir. 30 años atrás
su padre –Magnus- cayó de su barca de pesca y se ahogó en las mismas aguas.
- «Se ahogó cerca de la casa de verano de Thingvellir. Cayó al agua desde una barquita. Hacía mucho frío, él era fumador y sedentario y... se ahogó».
Desde
entonces, María se siente muy cercana a su madre, Leonora, conviviendo ambas en
el domicilio de esta última, incluso después de graduarse en Historia en la Universidad
y contraer matrimonio con un médico –Baldvin-, quien también se traslada a
vivir con las mujeres a la misma casa. Leonora fallece de cáncer dos años antes
de que esta historia eche a andar, tiempo durante el cual María renuncia a su
trabajo para permanecer constantemente a su lado y ofrecerle sus cuidados. Todo
el mundo asume que el suicidio de María es debido al trauma sufrido por la pérdida
inconsolable de su madre.
Aunque
Sveinsson mantiene sus reservas respecto al suicidio, se siente
irresistiblemente atraído por situaciones cercanas a las desapariciones de
personas. En Islandia, debido al clima y la orografía salvaje de la isla, éste
es un acontecimiento muy frecuente. De hecho, cuando este caso se presenta, él
ya se encuentra inmerso en la búsqueda de tres jóvenes que desaparecieron
tiempo atrás, de repente y de forma inexplicable. Es un hecho contrastado que
los miembros de las familias afectadas tienden a ponerse en contacto con la
policía en los aniversarios de las pérdidas para averiguar si hay noticias
nuevas, y Erlendur observa con impotencia, como el tiempo les va pasando
factura, como se vuelven cada vez más débiles y como finalmente la muerte termina
por arrebatarlos a la vida. Sveinsson es un personaje que vive su propio
pasado, un pasado marcado por un evento traumático ocurrido cuando tenía 10
años de edad. Él y su hermano menor –de 8 años por esos entonces- estaban fuera
de casa, en la ladera de una montaña, cuando una tormenta de nieve los arrasó y
su hermano acabó perdido. Tal vez debido a la determinación de su hija -Eva
Lind- de que sus padres logren arreglar sus desavenencias, o quizás debido a
las investigaciones en las que se encuentra inmerso, Erlendur da a leer a Eva
Lind un libro que describe los momentos en los que él y su hermano se perdieron
y reflexiona sobre la memoria de tales sucesos y la huella que la publicación
del libro dejó en su madre.
Apoyándose
en una profunda y cuidada reflexión sobre todos estos acontecimientos, Erlendur
visita a los amigos y parientes de María, la joven historiadora muerta. Se
vuelve más interesado en el accidente en el que su padre se ahogó, y excava en
los detalles de la vieja investigación policial, que parece haber sido llevada
a cabo en su día de una manera más bien superficial.
«Hipotermia»
es una meticulosa introspección sobre el pasado y el presente, una aproximación a la relación
entre la realidad y lo sobrenatural. La mujer muerta –María- tenía una
curiosidad malsana por el más allá y los medios de consultoría, y se preguntaba
constantemente si las experiencias cercanas a la muerte reportadas desde la
mesa de operaciones no serían capaces de demostrar la viabilidad de otra existencia.
Es
difícil expresar con palabras la tristeza y la profundidad que yacen ocultas en las páginas de “Hipotermia”. La
trama del libro es de todo punto sólida, siendo, en apariencia, la simple
historia de un hombre dándole vueltas continuamente a un tema recurrente. Sin
embargo en el fondo hay tantas estampas referentes al pasado, a la emoción y los
estados de ánimo, a las diferentes formas de ver la muerte, a las desapariciones
y las pérdidas, a la descripción de las formas de vida en esta isla desolada, a
los interludios monográficos del
mágico paisaje islandés que, aunque la novela adolece de la acción, los
crímenes sofisticados y bien planificados, los malos malísimos, la sanguinaria
violencia y, en general, el ritmo trepidante de las novelas negras de otras
nacionalidades es confortable seguir al inspector Sveinsson en el curso de sus
investigaciones donde a menudo no hay culpables, o al menos culpables a los que
se les pueda inculpar.
No
hay dramatismo en esta historia, no hay emocionantes insospechadas o momentos
de intensidad fuera de lo corriente. El libro no es más –ni menos- que una obra
rica, reflexiva, madura y convincente, que combina la agudeza psicológica con una
gran economía estilística y un ritmo en todo momento moderado.
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Me anima un poco tu reseña, pues había leído otras que lo dejaban...y sobre todo a su anterior novela.
ResponderEliminarLo tengo un poco aparcado. Cuando lo conocí me leí las cinco primeras entregas seguidas y ahora no encuentro el momento.
Saludos
Buenos días David, me alegra sobremanera «verte» de nuevo por aquí así como me congratula mucho tu comentario. Cierto es que HIPOTERMIA no es la mejor novela de Indridason y que las críticas que ha cosechado no le favorecen del todo. También es cierto que convivir con la prestancia de «La mujer de verde» -y todo lo que ello conlleva- no debe ser nada fácil. No obstante a lo largo de la serie de Erlendur Sveinsson he aprendido que el verdadero valor de su narrativa hay que buscarlo en el diseño de los personajes, en el interior de los individuos, en sus emociones y estados de ánimo. Como expreso en mi comentario, HIPOTERMIA «adolece de la acción, los crímenes sofisticados y bien planificados, los malos malísimos, la sanguinaria violencia y, en general, el ritmo trepidante de las novelas negras de otras nacionalidades», pero ¿sería verosímil una novela negra «islandesa» plagada de tiroteos y persecuciones en coche? Un saludo.
EliminarCreo que has dado en el clavo con la última pregunta y te da para un artículo, seguro, jajaja.
EliminarQue conste que la novela que más me gustó es la tercera La Voz, no sé porqué, pero me sedujo mucho más que las otras.
Saludos