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jueves, 14 de marzo de 2019

LA BUENA HIJA (Karin Slaughter)

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LA BUENA HIJA (The Good Daughter)
Karin Slaughter
TRADUCCIÓN: Victoria Hornillo Ledesma
HARPER COLLINS
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Después de que su casa de ladrillo rojo fuese incendiada, la familia Quinn se mudó a una granja. Allí, Harriet (Gamma para sus deudos), en su papel de madre, y sus dos hijas Samantha y Charlotte, reciben la visita de dos hombres armados de pistola que se presentan en busca de Rusty Quinn, notorio abogado defensor de las causas perdidas que ejerce de esposo de Harriet. Zachariah Culpepper y Bon Jovi son dos crápulas de la vida. Culpepper le debe dinero a Rusty y su  intención es liquidar la deuda con la muerte del abogado. Ante la ausencia de este, ambos terminan liquidando a Harriet y obligan a sus dos hijas a punta de pistola a penetrar en el bosque. Allí, Samantaha y Charlotte corren para salvar sus vidas. Samantha recibe un disparo en la cabeza y luego es enterrada viva. Charlie, por el contrario,  consigue escapar pero es perseguida por Culpepper y violada salvajemente. Sin embargo, ambas, Samantha y Charlie, consiguen sobrevivir. Estos hechos acaecieron el 16 de marzo de 1989. Veintiocho años después...

...veintiocho años después Charlie acude a la escuela donde estudió secundaria con la sana intención de devolverle su  teléfono a un tal Mason Hucleberry, un profesor de historia con quien recientemente mantuvo una aventura de una noche. Mientras  se encuentran en el aula de éste, oyen tres detonaciones. Ya en el pasillo se dan de bruces con el cadáver del director del centro adornado con tres disparos de bala. Su esposa llora a pocos metros de distancia mientras acuna el cuerpo de una niña muerta de un impacto en la cabeza. La sangre lo salpica todo. Todo es una horrible pesadilla. Charlie no solo es la primera testigo en la escena de los hechos sino que el caso desata sus recuerdos más terribles, recuerdos que ha tratado de reprimir durante mucho tiempo. Porque aquella carnicería le resulta familiar a Charlie. No es la primera vez que contempla aquello...

La historia que aquí nos relata Karin Slaughter está llena de escenas horribles. Ya hemos visto como dos hombres atacan a una familia en su casa con la intención de asesinar al marido y terminan liquidando a la esposa y como una colegiala le dispara a su director y a otra compañera en la escuela local dejando  el pasillo regado de cadáveres. Además, un abogado es apuñalado repetidamente mientras sale a recoger su correo diario. Todas estas historias están relacionadas y tienen lugar en la pequeña ciudad sureña de Pikeville, en Georgia. Slaughter nació allí, en Georgia, y escribe sobre ella y sus habitantes con conocimiento de causa, facilidad y comprensión. Conoce a los fanáticos y a los acosadores, así como a los protectores y defensores de la ley. Ella es capaz de condensar en unas pocas líneas la angustia de una niña sin madre así como la soledad de una hija alejada de su padre. Según sus propias palabras: «Muchas de mis historias reflejan lo que no encuentro en otros libros que leo, o lo que me gusta especialmente de los que he leído. Los lectores que conozcan mi obra desde hace tiempo sabrán que intento ser inclusiva en mis novelas y mostrar como es el mundo para las personas con discapacidades. Este es un tema que también trato en mi novela.» Y es que las hermanas Quinn, aunque salen con vida del atentado en el bosque veintiocho años atrás, siguen huyendo de los horrores de esa noche devastadora.  

Los libros de Karin Slaughter han sido acusados de ser demasiado oscuros y violentos. Su maravillosa novela «La buena hija» hace gala de estas cualidades. Hay escenas muy perturbadoras y sangrientas en ella. La muerte de Gamma es descrita con gran crudeza: «El disparo de la escopeta le había destrozado el pecho, el cuello, la cara. El lado izquierdo de su mandíbula había desaparecido. Parte del cráneo. Su hermoso y enrevesado cerebro. El arco altivo de sus cejas.» Sin solución de continuidad los acontecimientos en el instituto de secundaria nos dejan escenas como la presente: «El señor Pinkman estaba tendido boca arriba. Tenía la corbata azul echada sobre el hombro. La sangre se había extendido desde el centro de su camisa  blanca. Tenía abierta la cabeza por el lado izquierdo y la piel colgaba como jirones de papel alrededor del cráneo blanco. Había un profundo agujero negro donde debía estar su ojo derecho.» Slaughter desata sus emociones más profundas mientras cuenta con una crudeza bestial una historia que se centra en la relación entre dos hermanas, la idolatría que sienten por su madre y el deseo de seguridad y la protección que les proporciona su padre. 

«La buena hija» es una mezcla de suspense psicológico con la investigación de un misterio sin resolver. Un thriller que solo se presenta una vez cada mucho tiempo, una historia impactante, tierna y desgarradora. Mundialmente aclamada por su potencial narrativo, página a página Salaughter desgrana la historia de dos hermanas atrapadas en una red  de culpa, amargura y amor. Es ésta una brillante y atrevida novela policíaca que cuestiona el vínculo inquebrantable de la familia y el deseo de dos mujeres por descubrir la verdad sobre los brutales secretos que esconde su pasado. Repleta de giros inesperados, y rebosante de emoción, «La buena hija» es esencialmente un drama familiar, profundamente emocional. Una novela apasionante. Suspense en estado puro.
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viernes, 1 de marzo de 2019

EL ÁNGEL (Sandrone Dazieri)

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EL ÁNGEL (L'Angelo)
Sandrone Dazieri
TRADUCCIÓN: Xavier González Rovira
ALFAGUARA
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Sandrone Dazieri retornó a las librerías italianas en 2016 de la mano de Mondadori, tras su éxito “No está solo”, con un electrizante thriller: “El Ángel”. Es esta una novela de múltiples capas, compleja, llena de giros y vueltas y satisfactoriamente oscura. “El Ángel” supone, asimismo, el regreso de la pareja formada por Colomba Caselli y Dante Torre, dos personajes que luchan contra sus propios demonios mientras resuelven crímenes extremadamente desagradables. En esta ocasión el gambito de apertura de la jugada es el vagón de primera clase de un tren procedente de Milán, una especie de barco fantasma en misterioso trato con las sombras. A las doce menos diez de la noche el tren entró en la estación Termini de Roma y descargó en el andén número 7 una cincuentena de pasajeros. Del coche de lujo, del vagón de primera clase, extrañamente, no salió nadie. Todos los pasajeros fueron encontrados muertos. Aunque todo apunta a un ataque terrorista e ISIS reivindica la autoría a través de un video, Colomba prefiere pedir consejo a Dante Torre, a quien no dirige la palabra desde hace meses. Torre es la única persona capaz de ver lo que nadie más es capaz siquiera de imaginar.
La subcomisaria Caselli, que acaba de reincorporarse al servicio tras su último caso, es quien se encarga de evaluar la masacre. «Se trataba de una mujer que se había reincorporado al servicio después de una larga convalecencia y de una serie de contratiempos que habían sido objeto de debate durante meses en todos los talk shows. Se llamaba Colomba Caselli y, más adelante, alguien consideró que su llegada había sido un golpe de suerte. Ella no.» Las sospechas recaen inmediatamente sobre los de siempre: los musulmanes. Se suceden unas cuantas redadas a varias mezquitas locales hasta que Dante empieza a sospechar  que tal vez el Estado Islámico no es del todo culpable. Lo que la pareja descubre mientras viaja por Alemania, adonde la han conducido las últimas pesquisas, es que la verdadera responsable de tal locura es Giltiné, una especie de ángel vengador, una malvada tan antológica como metafísica, un ser diseñado para matar que va dejando las huellas dactilares de la Stasi y el KGB allí por donde pisa. «Musta estaba en lo cierto, realmente es un ángel. Sólo que se trata de un tipo peculiar: el Ángel de la muerte.» No va muy desencaminada esta afirmación, no en vano Giltiné es el nombre de la diosa de la  muerte en la mitología lituana. Una mujer que disfruta inyectando jeringas llenas de mescalina y psilocibina en los ojos de sus víctimas. Una joya diseñada a la medida para el caso.
El dúo ideado por Dazieri tiene su química, por lo excéntrico de uno, una excentricidad que roza lo esperpéntico, y la mesura de la otra. Dante y Colomba son dos personajes heridos e insobornables. Él, un héroe frágil y a la vez inteligente, claustrofóbico, adicto al café y a las pastillas (el primero lo toma de todos los gustos y colores, las segundas a destajo), un personaje que ha pisado el infierno y conoce la maldad del alma humana con todo lujo de detalles. Ella, al contrario, una heroína fuerte y testaruda, respetada dentro del cuerpo de policía y que aún conserva las huellas del Desastre. Puede que esta pareja no ofrezca muchas esperanzas en cuanto a la ficción pero no es menos cierto que el escritor ha sabido cogerle el pulso.
Así que, de nuevo Dante y Colomba, un crimen horrendo y una frase que puede hacer historia: “La muerte llegó a Roma a las doce menos diez de la noche”... Y luego un entramado de conspiraciones sazonado a ritmo de thriller. Dazieri no da tregua, encargándose de que siempre haya un foco de acción abierto con objeto de atraer la atención del lector. El escritor se vale de su profesión de guionista y utiliza imágenes de impacto visual que le permiten economizar en descripciones.
Estoy convencido que los amantes de las novelas sobre asesinatos despiadados y violencia sin límite lo pasarán en grande con este libro, muy alejado de las historias de Brunetti y Montalbano. Aquí el ritmo marca con su frenética acción la necesidad de mantener al lector en un estado de continua ansiedad y reforzar así la duda del misterio y la promesa de un desenlace brillante y colorido. El resultado, no podía ser de otra forma, es que se cae en lo excesivo. Hay demasiado caos y el conjunto comienza a perder pie. No queda claro quien supera a quien, si la realidad a la ficción o al contrario. Existe, o así me lo parece, una alteración desequilibrada de la acción por el mero hecho de exagerar. Pero (todo en esta vida tiene un pero) el escritor lo tiene claro: «Lo que intento hacer en los libros es hablar de mis dudas, no dar respuestas.»
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