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CRIMEN DE AUTOR (The Crime Writer) Gregg Hurwitz TRADUCCIÓN: Luis Murillo Fort EDICIONES B, S. A., 2016 |
Drew Danner es un escritor de novela negra residente
en Los Ángeles, que despierta en una cama de hospital con una cicatriz en la
cabeza, sangre debajo de las uñas, y un policía a su lado. Acusado de asesinar
a su ex prometida, Drew no guarda memoria del crimen, pero reconstruye la
historia de la única manera que sabe, novelando los hechos. Mientras
rebusca en los oscuros pasadizos de su vida, otra joven es asesinada de manera
similar y Drew debe enfrentarse a la posibilidad muy real de su propia
culpabilidad.
Cuando Drew despierta en la cama de un
hospital después de ser sometido a una cirugía de emergencia donde le es
extirpado un tumor cerebral, se entera de dos cosas: que ha sido acusado del
asesinato de Geneviève, y que esa operación que acaba de sufrir ha borrado de
su memoria todo recuerdo de sus últimas horas de vida consciente. En el
posterior juicio, la fiscal se burla de él haciendo gala de sus propios
escritos: “En lo más oscuro de mi corazón, estoy convencido de que, cuando
pasión y destino se alían, todos, desde el que grita en el púlpito hasta la
chica con el pelo teñido de azul que espera el autobús, somos susceptibles de
matar”. Después de haber sido declarado inocente por razones de demencia
temporal, Danner se esfuerza en recordar los acontecimientos que condujeron a
la muerte de Geneviève. Su memoria no conserva conocimiento alguno de un deseo,
enjundioso o no, que lo condujera a la consumación de tal asesinato, pero sus
dudas persisten: «¿Qué pasa si en realidad lo hice?». A pesar de su puesta
en libertad después del juicio, se encuentra con que su vida ha dado un giro
completo. Siente que no tiene más remedio que averiguar lo que realmente
sucedió la noche en que su ex prometida fue asesinada.
En el momento que una segunda mujer aparece asesinada
y se encuentra sangre de Danner en la escena del crimen, éste remueve sus
recuerdos más profundos para encontrar algún rastro que lo ponga tras la pista
del asesino: ¿Es el violador aquél cuyo Volvo marrón fue divisado en la escena
la noche de autos? ¿Es un imitador? ¿Quién está tratando de involucrarlo? ¿Está
su propia vida en peligro? Con la ayuda de su editor de libros –Preston-, Danner
decide reconstruir la trama de una historia donde todo parece implicarle. Ayudado
por su amigo Chic, un jugador de béisbol fracasado, y por Héctor, un
adolescente artista de graffitis que se encuentra recluido en una institución
para el cuidado de menores, intentará profundizar en el caso, bajo la
consultoría de Lloyd, el especialista forense que ha sido su asesor en su ficción
literaria.
«Crimen de autor» presume de una trama tejida
con sumo esmero y de la tensa escritura de Hurwitz, que adicionadas a la
descripción pulsante de Los Ángeles, da como resultado una lectura
profundamente satisfactoria. Los Ángeles es el escenario perfecto para los
misterios. Después de todo, Raymond Chandler estableció «El sueño eterno» en Los Ángeles. Y
éstas son palabras mayores. Aún así, Chandler no fue a Harvard y Oxford, como
sí lo hizo Gregg Hurwitz. Sin que ésta premisa nos lleve a plantear ningún
juicio de intenciones, si una persona obtiene una educación apropiada en dos de
las mejores universidades del mundo, y luego se dedica a la escritura de
novelas policíacas, podemos estar seguros que, aunque pueda comenzar a sentirse
restringido por las convenciones del género, su ficción no nos va a defraudar.
En «Crimen de autor» -The Crime Writer- coexisten dos historias, o para ser más
exactos una historia contemplada desde dos puntos de vista, la ficción descrita
por el autor y la vivida por el protagonista. Su héroe, el héroe de Hurwitz, es
un escritor, después de todo. Él puede o no haber matado a un ex amante, lo que no puede es dejar de sentir el deseo de
escribir un relato sobre lo que sucedió con el fin de limpiar su nombre. Para
distinguir ambas crónicas Hurwitz hace uso de la fuente «Courier», junto con
anotaciones escritas a mano.
Al final, como no podía ser de otra forma, Danner
identifica al asesino, un tipo poco probable con el más puro de los
motivos. Un final, revelado con sencillez magistral, que muestra los
deseos complejos que hacen de cada uno de nosotros un potencial asesino.
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