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ASESINO BURLÓN. (The Nothing Man) Jim Thompson TRADUCCIÓN: Gerardo Di Masso EDICIONES B, (LIBRO AMIGO), 1988 |
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El protagonista de THE NOTHING MAN (Asesino
burlón, 1954) es Clinton Brown, un periodista del Courier de Pacific
City. Brown es inteligente y bien parecido, pero al mismo tiempo es bebedor
impenitente –un solapado caso de cirrosis del cuerpo-, amargado –un incipiente
caso de cirrosis del alma-, autodestructivo, desagradable en extremo, torturador
implacable de todos los que le rodean, y poseedor de una lengua punzante y
cínica. Y todo ello porque Brown oculta un secreto inconfesable: una herida de
guerra que lo convirtió en eunuco. Éste es el origen de todo. Clinton Brow
tiene que esconder su desgracia a cualquier coste. ¿Cómo podría seguir
martirizando a aquellos que le rodean si conocen su vergüenza? Por eso asesina
a todo aquel que esté en disposición de revelarla. La primera víctima de su
crueldad es su esposa Ellen, de quien lleva separado años y a quien, en una
noche de tormenta, estrella una botella de whisky en la cabeza y posteriormente,
tras haberla perfumado con tan preciado licor, le prende fuego. Deborah Chasen
es una desolada viuda que, por circunstancias del destino, se cruza un mal día
en su camino. Ella se siente intensamente atraída por Brown –«su Browni» como
le llama-, y él termina con su vida arrojando su cuerpo por encima del muro del
asilo de perros. Constace Wakefield. Constance Wakefield es la propietaria de
una pequeña editora en Los Ángeles y tiene la desafortunada idea de solicitar a
Brown mil quinientos dólares por la publicación de la colección completa de sus
poemas. Esa mujer erguida y perpendicular, que recordaba un tubo de chimenea en
casi todos sus detalles, excepto el calor, erecta, retraída, cetrina, miope y
asmática, no era consciente que Brown dejaba un poema como recordatorio junto a
cada una de sus víctimas.
Lo cierto es que, en el curso del libro,
Brown cree haber matado a tres personas, su esposa, una interesada viuda y una
cegata editora, sólo para descubrir al final que no ha matado a nadie. Una fue
asesinada por otro personaje, otra se suicidó y la tercero murió
accidentalmente. Incluso en los actos de violencia Brown demuestra ser impotente.
Jim Thompson es un boleto ganador. Varios
de sus libros han sido llevados al cine, y los derechos de la mayoría del resto
han sido ya adquiridos. Las biografías del autor se publican con
regularidad. Muchos de sus libros están de vuelta de impresión y otros,
sin la menor duda, serán reeditados muy pronto.
Nacido en Oklahoma en 1906, Thompson comenzó
a escribir en su adolescencia, pero no publicó su primera novela hasta haber
cumplido los 36 años. De sus 29 libros catalogados, más de la mitad fueron
publicados en la década de 1950. Todos ellos fueron ediciones originales
de bolsillo, muchos publicados por Lion Books. Fueron revisados raras
veces -si es que alguna vez lo fueron de verdad-, puesto que el autor disponía
de muy poco dinero y vivía de las revistas de ficción.
Thompson tenía 70 años cuando murió, hace ya
39 de ésto, (precisamente los cumplió el pasado 7 de abril). En el momento de
su fallecimiento todos sus libros estaban fuera de impresión. Sin embargo no
fue olvidado por completo. Thompson dejó una fuerte impresión en muchos de
sus lectores, no pocos de ellos autores de novelas criminales. El culto de
sus seguidores creció sustancialmente cuando Black Lizard Book (una pequeña editora
de Chicago, ahora parte de Vintage Books) reprodujo varios de sus libros más renombrados
a mediados de la década de 1980. De repente se convirtió en el escritor
favorito de todo el mundo. A pesar de
que su escritura no es del todo brillante, -Thompson escribía muy rápidamente,
y sus obras muestran las fallas así como los defectos propios de una escritura
rápida-, ésta se ofrece como modelo de narrativa por su conducción y sus
diálogos claros.
Tal vez estemos más dispuestos hoy a escuchar
el mensaje de Thompson de lo que lo estuvimos hace 30 años. Tal vez su visión
sombría, se ajusta a nuestra realidad mejor que a la suya. O quizá ninguna
generación como la actual está más dispuesta a aceptar un mensaje desde la
distancia como el que él propone.
Casi todos los 29 libros que Jim Thompson
escribió entre 1942 y 1973 se publicaron por primera vez como originales en
rústica, el formato adecuado a su
estilo: las novelas feroces de Thompson fueron destinadas a ser leídas de
manera inmediata y no saboreadas; sus tramas, sus personajes volátiles y sus
duros desafortunados, no requieren explicación. Es por ello, pues, que la
reactivación de la obra de Thompson ha sido impulsada por las reimpresiones de
bolsillo.
Las novelas de Jim Thompson están llenas de
personajes al límite -el mismo límite en el que transcurrió gran parte de su
vida-, son de una violencia espeluznante y proponen una crítica brutal e
inhumana de la América brutal e inhumana en la que él creció (una visión llena
de irritación y conocimiento, de seguridad sin concesiones). Adentrarse en
el mundo de Jim Thompson no es sencillo y no siempre es agradable, pero desde
luego es apasionante: es más que una experiencia literaria, es una
extraordinaria experiencia humana.
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