EL LEOPARDO (Panserhjerte) Jo Nesbø TRADUCCIÓN: Ada Berntsen y Carmen Montes Cano PENGUIN RANDOM HOUSE, GRUPO EDITORIAL, S. A. U. |
En
el frío invierno de Oslo, un asesino anda suelto por las calles de la ciudad. Ha
matado a dos mujeres jóvenes de una manera arto brutal, -ambas víctimas fueron
encontradas con veinticuatro heridas punzantes en la boca, heridas de imposible
explicación-, y ambas ahogadas en su propia sangre. Las escenas del crimen
son limpias; la policía no tiene pista alguna; no parece haber ninguna conexión
entre las inmoladas, y por encima de todo, los medios de comunicación están poniendo
el grito en el cielo ante lo que consideran una indolencia injustificable por
parte de la policía. Así que a la jefatura policial de Oslo no se les
ocurre mejor idea que reportar a Noruega a un detective que aborrece ser
encontrado, al único detective noruego que sabe cómo cazar asesinos en masa,
Harry Hole.
Para
ello envían a Hong Kong a una mujer policía -Kaja Solness- con el cometido de
dar con Hole y traerlo a casa empleando para ello cualquier medio que considere
necesario. Harry se compromete a volver, sin imaginar los problemas y engaños
que le esperan y el nuevo misterio al que se ha de enfrentar en “El leopardo”. Regresa acompañado de
sus demonios internos y su sumisión al alcohol, al opio y a la autodestrucción.
Terriblemente voluble y desmesuradamente filantrópico, Hole es un drogadicto que desprecia a los
corruptos, aborrece el papeleo, los torturadores y los burócratas y posee un inexpugnable
sentido de la amistad. Es un individuo golpeado por la vida, pero, no obstante,
«es el hombre que necesitamos».
El
asesino en serie que azota Oslo es brutal, salvaje y sangriento y la ayuda de Hole
se torna imprescindible para detenerlo. Hasta aquí todo parece normal. Pero Hole
pronto se da cuenta de que él también está siendo utilizado como una peonza en
un gran conflicto por el poder y la competencia en el sistema policial
noruego. Por otra parte, como ocurre con los peones en el juego de
ajedrez, barrunta que puede ser sacrificado en cualquier momento. Sin
embargo, no es una cuestión que le obsesione, y en repetidas ocasiones
demuestra tener una mente propia y realiza sus movimientos conforme a su libre albedrío.
Hole,
antiguo miembro de los servicios secretos noruegos, excomando, formado en la
academia del FBI y ahora detective retirado, no será el investigador más seductor
del panorama detectivesco actual, pero es sin duda el más riguroso, honesto y tenaz.
Y no tarda en hacer su primer descubrimiento importante: existe un denominador
común entre las víctimas de los asesinatos -ambas han pasado juntas una noche
en un albergue aislado de la sierra noruega-. Y ahora alguien le está pasando
factura a los allí congregados. Pero ¿quiénes eran las personas que
concurrieron allí esa noche? ¿Qué ocurrió realmente?
“El leopardo”, del noruego Jo Nesbø, es un thriller complicado, atrayente
y duro en muchos aspectos. Un libro que despunta por el realismo de algunas
escenas, en el que no hay provocación sexual ni violencia infantil –como
demanda toda novela negra que se precie-, y en el que acontece un crimen que
requiere sanción. “El leopardo” es un relato de los buenos, que no
recurre a la utilización efectista de la violencia y que manifiesta un inflexible
desdén hacia el atropello de los desvalidos. Un artilugio narrativo complejo, levantado
sobre una estructura armoniosa, con intrincados atavíos y un gran flujo de personajes
secundarios. Un relato sobre el amor y la muerte, las drogas y el alcohol, la
duda y la culpa, la venganza y el crimen, la amistad y la necesidad de olvidar.
Una narración que se jacta de la concatenación de espacios, y que se desarrolla
entre los arrabales de Hong Kong, pasando por los conductos ocultos en el
subsuelo de Oslo, hasta llegar a los volcanes fuliginosos del Congo y el
desierto de nieves imperecederas del Círculo Polar. “El leopardo” perturba por
el notorio contraste entre la naturalidad del paisaje en el que se desarrolla y
los cruentos homicidios que dibuja. Un infierno oculto en las páginas de una
gran novela.
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