---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
RATEROS (The Burglar) David Goodis TRADUCCIÓN: Jorge Luis Mustieles CRIMEN & CÍA. EDICIONES VERSAL |
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Es «Rateros» una de las más desgarradas
historias surgidas de la pluma de Goodis. Un relato que combina elementos
tan propios del «noir» como pueden serlo el destino, el robo, la fuga y la
mujer fatal, con un resultado propio de los cuentos más oscuros que se hayan
escrito en mucho tiempo. A diferencia de los personajes cotidianos con deseos
criminales latentes que suelen ser el foco de sus obras, «Rateros» elige
un cuarteto de ladrones. Pero ladrones exitosos y conocedores de su oficio, tal
como lo ejemplifica el atraco de la escena de apertura. Sin embargo no
cabe adjetivar de igual manera las relaciones que mantienen estos cuatros
personajes entre sí.
A pesar de que acaban de robar unas
esmeraldas por valor de cien mil dólares no todo anda bien en la banda de Nat
Harbin. En primer lugar está la chica -Gladden- quien, aburrida, sóla e
insatisfecha, se ha criado como la hermana pequeña que nunca tuvo, y que se
encuentra enamorada de él. Gladden es la hija de Gerald Gladden, un ex convicto
que, seguro de haber aprendido lo suficiente como para practicar la ciencia del
robo de moradas sin ser atrapado, termina con varias balas de la policía en su
espalda, tras un trabajo fallido en Detroit. Y luego están los dos matones -Baylock y Dohmer-, competentes en su oficio, pero carentes de la maestría de
Nat y el corazón de Gladden. Y luego está el propio Nat, un producto de la
depresión, hijo único de un comerciante de artículos de mercería y de una mujer
tímida y de alma candorosa. Cuando un catarro de pecho, una neumonía, se llevó
a su madre de este mundo, Nat se lanzó a la carretera y huyó de la pequeña
población en que residía. Tenía dieciséis años cuando Gerald Gladden le recogió
en una carretera del sur de Omaha. Lastrado por la culpa y el sentido de la
lealtad a un hombre muerto que le enseñó todo lo que sabía, Nat se compromete
en el fatídico momento de la muerte de Gladden a proteger a perpetuidad a su
hija.
Sin embargo todo cambia un día. Nat
conoce a una mujer en un bar, y de repente se siente libre, capaz de dejar tras
él toda una vida dedicada al crimen, capaz de abandonar a los dos matones con
los que convive. Capaz de decir adiós a Gladden. Es entonces cuando cae
en la cuenta de que ha sido atrapado por un tercero, que pretende chantajearle
y apoderarse de las joyas. Responsable de romper su familia, Nat se siente más
vulnerable, sólo y culpable que nunca.
Si por algo
destaca «Rateros» es por la
contraposición del enfoque que propone Goodis entre un grupo dinámico y un
protagonista solitario. (Las únicas obras suyas que me vienen a la mente,
y que se encuentran en los límites de tal situación, son «Viernes Negro» -Black Friday-, que de igual forma hace
referencia a una banda de ladrones, pero en la que el personaje principal es un
hombre inocente contra quien la mala suerte y el destino conspiran en contra,
y «The Blonde on the Street
Corner», ambas fechadas en 1954). En «Rateros», no obstante, los personajes han creado una familia de
trabajo en la que no sólo todos tienen un papel que desempeñar, sino que todos
ellos se benefician de él. Pero incluso ésto, con toda su carga de positivismo,
no sofoca el pesimismo que se encuentra debajo de la superficie de todas las
novelas de Goodis. Y al final, Harbin y su equipo no son diferentes de
cualquiera de los otros personajes de Goodis: destruyen lo que les gusta y
sabotean sus propios sueños. Y por supuesto no se atisba por ninguna parte
en «Rateros» pretensión alguna de un final feliz. Harbin y Gladden dan
todo lo que tienen, solo para descubrir que no es suficiente. En el mundo
de Goodis nada lo es. Es éste el más desesperado de todos los temas
recurrentes del autor.
Esta oscuridad que puebla las obras de
Goodis, y que tiene su manifestación más sombría en «Rateros» es demostrativa
de como sus personajes saben lo que la sociedad espera de ellos, y aún así
optan por actuar en contra de esas expectativas. Nat Harbin es «un ladrón» y
de vez en cuando envidia a las personas cuyas vidas están basadas en
directrices obligatorias. Pero, por supuesto, que Harbin no envidia a estos lo
suficiente como para dejar de ser lo que es. Harbin tiene una filosofía
diferente; él cree que todos en el mundo es un ladrón al igual que él:
«Los peces toman las huevas de otros peces.
Un pájaro conquista el nido de otro. Entre los gorilas, el ladrón más astuto se
hace el rey de la tribu. Entre los hombres, los príncipes, los reyes y los
magnates no son sino los ladrones de más éxito, tanto si se trata de ladrones
grandes y robustos como de hábiles ladrones de palabras suaves, que actúan por
la retaguardia, todos ladrones, y nada más que ladrones, con tanto poder como
son capaces de acumular.»
El final del libro muestra que no importa si
se vive, siempre y cuando usted se aferre a lo que ha robado. En las novelas de
Goodis, esta sombría visión del mundo está emparejada con la certeza de que no
hay salida, no en vano, sus novelas son apellidadas con títulos tan expresivos
como «Calle de los perdidos» y «Calle sin retorno».
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario